La palabra Diwan tiene una larga trayectoria etimológica. Desde India a Persia, pasando por el Imperio Otomano y todo el Magreb, el diwan era la “sala de embajadores” en la que la realeza recibía a los mandatarios extranjeros. Como muestra de aprecio, estos invitados eran agasajados con todo tipo de lujos, uno de los cuales consistía en recostarse cómodamente para parlamentar. De ahí que en Europa la palabra diván sirva para denominar un tipo de asiento alargado que suele carecer de respaldo y que sirve para recostarse.

Los bancos, sueltos o unidos a modo de bancada, y el diván, tienen una altura de asiento mayor que las chaises longues y butacas, cuya sentada debe ser más relajada.

Las almohadas riñoneras potencian el confort de las butacas y permiten jugar con los textiles. Los cojines cilíndricos son el complemento ideal para coronar los brazos del diván.

Ya sea para deleitarnos en la soledad del dormitorio, para psicoanalizarnos o disfrutar de charlas con amigos junto al sofá, como banco de museo, o como alargada composición en una amplia zona de espera, las diferentes piezas de la familia Diwan te harán sentir como un maharajá.

• Tapizado desenfundable. 
• Estructura interna: espuma de poliuretano inyectada sobre tubo de acero F1. Asiento con cincha elástica.
• Patas de madera: fresno alistonado (ver carta de tintes) con tacos antideslizantes. 

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